La fuga de dos pechos en la tarde
rozará tu frente
y sabrás los pensamientos de las bugambilias en otoño.
Cada pétalo marchito comprometerá tu espanto
a las cumbres que la tierra absorbe
y la descomposición será tu cáliz.
Funda entonces nuestro emblema: la baba y el exceso
bajo el pliegue impreciso de las estaciones,
en su cambio necesario para cada vestimenta.
Abandérate y conquista tu respiración
subyúgate en mi nombre,
doblate el cuerpo como gruya de origami,
enjaulate y declárame la guerra.
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